Intento y no puedo comprender de qué va esta onda de “abusaron de mí en 2018… ese día bebí y desperté en la casa de un guey”
Se los digo enserio, leo y repito el ejercicio cada vez que una mujer declarada feminista, acusa en las redes después de mucho tiempo a cualquier vato de acoso o abuso sexual.
Es decir, para mí no es lo mismo una violación sexual en el sentido más amplio de la palabra, cometida en contra de mujeres o niñas/os cuyas voluntades fueron transgredidas que aquellos actos donde es difícil determinar si hubo consentimiento o no.
Puede que, en mí si hiciera eco esta onda del patriarcado, los roles y esas cosas que nos dicen de niñas para “caber” en un esquema social como el nuestro.
Quizá, desde mi posición de privilegio donde la convivencia siempre ha sido con personas que entienden el significado de un NO estén sobrios o borrachos la palabra abuso no signifique lo mismo.
Y todo esto viene a cuento de la declaración de Melissa Yamel, productora de stand up, quien acusó al comediante Mau Nieto de haberla abusado sexualmente en 2018. ¡2018!
Por su relato, se conocieron en un show de él, conversaron, bebieron tragos y tuvieron sexo en un baño.
Cito el hilo de la denuncia vía Twiter “y tuvimos relaciones sexuales las cuales yo no consentí en ningún momento”
Salvo su mejor opinión, primero, está cañón llegar al baño de un espacio público sin hacer un escándalo cuando no hay consentimiento.
“Me tomó del brazo y me llevó al baño” Segundo, gritar siempre es una opción para evitar que ocurra lo que no quieres que pase, incluso diría que hacerlo es algo instintivo cuando nos sentimos en riesgo.
Tercero, cuando la productora se repuso al encuentro, salió del baño y todos se habían ido; contrario a la lógica de volver a casa la mujer aceptó un ride de otro standupero con el que amaneció.
Cada quien su consciencia, pero mientras leía su relato, expuesto en redes sociales no en una Fiscalía, decidí que cualquier clase de abuso resulta una crueldad.
También y no se ofendan, denunciar presuntos hechos años después de ocurridos, sobre todo cuando estos afectan nuestra salud mental, emocional y física.
No decimos que Mau Nieto no fuera un patán por dejarla en el bar una vez cubiertas sus necesidades, tampoco, sabemos si, en efecto, usó la fuerza para conseguir sus propósitos.
Alejados estamos de poner las manos al fuego por él.
El caso es que ésta no es la primera vez que mujeres se dicen víctimas de actos que cometieron bajo el influjo del alcohol. Si en total sobriedad se nos olvidan los detalles, cuánto con precisión podemos recordar estando ebrias.
Independientemente del caso, las madres quieren que regresen sus hijas y, al mismo tiempo, anhelan que sus hijos no sean víctimas del desprestigio que provoca una acusación por abuso sexual.
Sobre todo cuando la acusación es fake. ¡Imagínese!
No estamos a favor de ningún tipo de violencia y espero no estar replicando el cansado discurso hegemónico de que a las féminas nos lastiman porque nosotras nos lo buscamos; pero hombres y mujeres debiéramos ser más responsables con cada uno de nuestros actos, no somos preescolares ni tutelados.
Sobre este tema le recomiendo una serie buenísima lector “Anatomía de un Escándalo” la encuentra en Netflix.
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89
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