Es un sublinaje que desciende de Ómicron. En las últimas semanas creció rápidamente y ya es responsable del 17% de los casos en EEUU y del 15% en Reino Unido. La OMS vigila su evolución
La Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA, por sus siglas en inglés) ha anunciado que una nueva subvariante de COVID, denominada como EG.5.1 y descendiente de la variante Ómicron, está ganando terreno en el Reino Unido y ya representa uno de cada siete casos nuevos.
Según los últimos datos actualizados, el 14.6% de los contagios registrados en el país corresponden a “Eris”, como también se conoce a EG.5.1, ubicándola como la segunda más frecuente en el país, detrás de Arcturus XBB.1.16.
Del otro lado del Atlántico, en los Estados Unidos, también se observa el crecimiento del nuevo sublinaje del coronavirus. El prestigioso científico Eric Topol, fundador y director del Scripps Research Translational Institute, un centro de investigación en ciencias biomédicas con sede en California, señaló: “La variante EG.5 continúa mostrando un fuerte crecimiento en la última vigilancia genómica de EEUU, pasando del 11% al 17% en las últimas 2 semanas. FL.1.5.1 también está en aumento mientas que (los sublinajes de Ómicron) XBB están en decadencia”.
Esto significa que, según lo últimos datos actualizados de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), en la última semana EG.5.1 se convirtió en la subvariante dominante en Estados Unidos, destronando a las subvariantes XBB.
En Reino Unido, la agencia sanitaria del gobierno ha estado vigilando la prevalencia de esta variante desde su clasificación el 31 de julio, particularmente ante el aumento de casos en Asia. Los datos más recientes muestran que su propagación acelerada podría ser una de las causas del reciente aumento en los contagios y las hospitalizaciones en el Reino Unido.
Si bien los números actuales están muy lejos de las cifras récord de la pandemia, los científicos siguen de cerca la evolución del virus SARS-CoV-2 que causa el COVID-19, por su constante evolución y su capacidad de evadir la respuesta inmune.
Como el SARS-CoV-2 está en constante evolución y acumula mutaciones en su código genético con el transcurso del tiempo, es previsible que continúen apareciendo nuevas variantes. Algunas pueden surgir brevemente y luego desaparecer, mientras que otras pueden emerger y propagarse, llegando incluso a suplantar a las variantes que existían anteriormente.
Según las estadísticas, las tasas de COVID-19 en Reino Unido en pleno verano crecieron del 3,7% al 5,4% la última semana. Además, la tasa de ingresos hospitalarios aumentó a 1,97 por 100,000 habitantes, frente al 1,17 del informe anterior de la UKHSA.
La doctora Mary Ramsay, jefa de inmunización de UKHSA, expresó su preocupación, pero también brindó un poco de tranquilidad. “También hemos visto un pequeño aumento en las tasas de ingreso hospitalario en la mayoría de los grupos de edad, particularmente entre los ancianos”, dijo. Y agregó: “Los niveles generales de admisión siguen siendo extremadamente bajos y actualmente no estamos viendo un aumento similar en las admisiones a la UCI. Seguiremos monitoreando de cerca estas tasas”.
Si bien la variante Arcturus XBB.1.16, otro descendiente de Ómicron, sigue siendo la dominante en el mundo, EG.5 está aumentando a nivel global.
El mes pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó a EG.5 como “variante bajo control”, que está un escalón por debajo de una “variante de preocupación”. Según la OMS, la prevalencia global de EG.5 casi se duplicó desde mediados de junio hasta mediados de julio. Y hasta el momento, ha sido documentado en 45 países.
En ese marco, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, enfatizó la importancia de mantener las precauciones. “La OMS continúa recomendando a las personas con alto riesgo que utilicen mascarilla en lugares concurridos, que se apliquen las vacunas de refuerzo cuando se recomiende y que garanticen una ventilación adecuada en el interior. E instamos a los gobiernos a mantener y no desmantelar los sistemas que construyeron para COVID-19″.
Con información de Infobae