Para ser la figura al Senado Mexicano, poco le duró el gas a Alfonso Sánchez García.
Y es que, el junior incómodo quedó un poco dolido con la especulación de que no sería él quien encabezara o acompañara la fórmula de Morena al Senado de la República por Tlaxcala.
Nos dicen, la llama del entusiasmo se apagó previo a la navidad, cuando trascendió que serían José Antonio Álvarez Lima y Ana Lilia Rivera los palomeados en la lista.
Vaya, hasta Dulce Silva o la propia Irma Garay subirían antes que “ponchito”.
El caso es que, la razón de que Alfonso no sea ungido al Senado es Adán Augusto López Hernández, quien peleado a muerte con su padre, Alfonso Sánchez Anaya, está, nos dicen, moviendo la cuna para que esto no se dé.
Pero no sólo la cúpula morenista no palomeó a Sánchez García, tampoco le ayuda la fama de mentirosa que ha ganado su esposa, la diputada Marcela González, quien desde el Congreso se ha tomado atribuciones que no usa ni la gobernadora.
Por ejemplo, prometer candidaturas a cambio del apoyo a su esposo, traicionar a correligionarios, afirmar que ellos controlan territorio morenista e, incluso, que pesan más que el propio presidente estatal del partido. ¡Sopas!
Lo anterior, mermó el capital en tierra de los Sánchez González a quienes de un corto tiempo a la fecha ya no les creen.
Será cuestión de días para que se defina que premio de consolación le ofrecen a Ponchito, porque Senador … no será, no será, no será.
A colación:
Ni Carlos III la pasó tan mal esperando su ascenso al trono como los suspirantes a ser candidatos de morena en el proceso 2024.
En las fotos lucen “unidos” y “sonrientes” pero la realidad es que están incómodos y a la espera de ser ellos y no sus correligionarios quienes pongan su nombre la boleta.
No es para menos, si hablamos de los promisorios números que trae morena en intención de voto pese a lo mal que administran, comunican y gobiernan.
¡Excelente lunes, hasta mañana!
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