Desde hace algunos meses el municipio de Huamantla mantiene el reflector por las festividades alusivas a la Feria Internacional de la Dalia 2022.
Y es que, como es bien sabido, desde el inicio de la pandemia una de las ferias con más tradición en el país, se canceló para evitar un mayor número de contagios.
Este año la Feria Internacional de Huamantla regresó, claro, con los vicios de siempre.
En primera, con el ayuntamiento buscando hacer su agosto con el cobro de los espacios de feria, también, realizando eventos a riesgo propio de los asistentes.
Ese fue el caso del deceso de dos personas que perdieron la vida el pasado sábado durante la carrera de carcachas.
A las victimas mortales, una fémina que murió en el lugar y un masculino que falleció en el nosocomio se sumaron 4 heridos más y decenas de críticas a la carrera en redes sociales.
Lo cierto es que no es la primera vida que cobra esa carrera, años antes de ser cancelada por pandemia ya habían muerto algunos “amantes de la adrenalina” y espectadores sin mayor pretensión que pasar un buen rato en familia.
Sobre las muertes, Salvador Santos Cedillo, se limitó a lamentar los hechos, mismos que pudieron evitarse.
Al parecer, ni tres años suspendida la feria sirvieron para mejorar protocolos, circuitos, medidas de seguridad ni para replantearse si vale la pena evitar tragedias de este tipo a cambio de un par de patrocinios.
Poco o nada sirvió la faramalla del edil con un helicóptero de fondo que sobrevolaría la ciudad durante los eventos más importantes de la feria, apenas ayer 30 mil espectadores asistían al desfile de las flores, otro gran clásico en Huamantla.
Los recientes hechos nos llevan a cuestionarnos si Huamantla, su administración y patronato están preparados para dar respuesta a un desborde de asistencia prevista para la Huamantlada, la noche que nadie duerme y el día previo al evento tipo Pamplona.
Algunos creemos que no.
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89