Don Gustavo Contreras Tapia trabajó para Industrias Texel Tlaxcala durante casi 20 años, pero en 2015 la empresa cerró alegando una quiebra que le dejó a él y otros 70 compañeros sin trabajo ni liquidación.
Desde hace seis meses no acude a las asambleas informativas con sus excompañeros, está postrado en una cama en estado vegetal luego de un accidente de trabajo en la empresa que lo contrató cuando Texel se fue a huelga.
Digamos que tuvo suerte, otros menos afortunados murieron esperando una liquidación.
Guadalupe Paredes es viuda de Alberto Luna, quien trabajó 28 años también en Texel, su esposo perdió la batalla contra el cáncer que se comenzó a tratar un año antes de su despido, supo de él, pero no gastó un peso de su liquidación de Ley. Nadie, aún no se las han pagado.
Datos más, datos menos esa es la historia de los 80 extrabajadores de Texel que esperan el pago de sus liquidaciones desde que los despidieron hace siete años, hace tres ganaron un juicio que obligaba a rematar los bienes de la extinta factoría.
Hoy, según datos del Servicio de Administración Tributaria, el predio de 18 hectáreas donde hoy solo hay ruinas ya forma parte de los bienes adjudicados del famoso Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, pero de los pagos no hay nada.
Para los afectados, la situación no solo ha sido desgastante, pues en un inicio la Junta de Conciliación aseguró que, en tres meses les entregarían sus cheques, llevan más de 84 esperando el milagro.
En muchos de los casos el tiempo juaga en su contra, el 70 por ciento de los extrabajadores son personas adultas en edad de retiro que dejaron la vida en las paredes de la empresa cuyo auge quedó solo en su memoria.
¡Vaya apoyo el de la CTM! Todo el poder de la Confederación de Trabajadores Mexicanos no ha servido para obligar al SAT o la Junta Federal de Conciliación a liquidar los adeudos y rematar los bienes.
De hecho, esto último se ve imposible, en el lugar donde alguna vez hubo maquinaria, oficinas y muchos m2 de construcción solo hay ruinas. ¡Vaciaron todo!
Queda esperar en algún lado de la historia, especialmente en el de las autoridades que exista un ápice de humanidad, de transparencia, eficiencia y sentido común para destrabar el que puede convertirse en un verdadero conflicto.
Hasta mañana…
@Naye_Romero89