La caridad de Salvador Santos Cedillo, alcalde del municipio de Huamantla le dio para dedicar una esquela al padre de Carlos Rivera.
Quizá el gesto fuera un milagro de la Virgen, tiempo atrás apenas nueve meses después de haber protestado al cargo, despidió así, sin más, a casi 90 trabajadores del Ayuntamiento.
La razón nadie la sabe, pero Santos Cedillo no se tocó el corazón para transgredir uno de los derechos más básicos de cualquier ciudadano, el derecho al trabajo.
No. Sin decir “agua va” corrió a mujeres y hombres trabajadores de base de cuyos ingresos dependía la vida de todas sus familias.
Incrédulos de tal mezquindad, los trabajadores apelaron al diálogo para exigir sus finiquitos, mismos que nadie les dio, argumentando que, en el municipio de Huamantla dinero no había para tales excesos.
¿O cómo creen que se pagó la feria?
El caso es, que, para chingón, chingón y medio, ahora la decisión por su forma y su fondo le costará a Salvador Santos un procedimiento de juicio político por el que podría ser destituido de su cargo.
¡Vaya imbécil!
Y lo decimos solamente porque, el abogado defensor de los ex trabajadores, es nada más y nada menos que Orlando Santacruz Carreño, quien tiene todos los argumentos y apoyo de sus clientes para ganar dicha demanda.
El problema que bien pudo resolverse de cuates ante una instancia de lo laboral, tomó poder cuando Santos Cedillo se negó, primero, a pagar finiquitos, después, a restituir el empleo a los 90 jefes/as de familia, quienes ahora solo quieren que se largue.
Y con justa razón, los dejó literal sin poder llevar el pan a la mesa. ¡Qué ca…ray!
Ya veremos si en el Congreso del Estado desayunan blanquillos y le entran con el ejemplo a ponerle un escarmiento a los alcaldes que abusan de su poder, sintiéndose intocables. O ¿lo son?
Hasta mañana…
@Naye_Romero89
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