El huamantleco compartió sus inicios en la política, la importancia de la familia a lo largo de su carrera y lo que concibe son las necesidades que más aquejan a Huamantla.
Nacido en el seno de una familia de principios y trabajadora, Juan Carlos Pimentel recuerda en exclusiva para este medio sus orígenes; hijo de una madre costurera y un padre ferrocarrilero, Juan Carlos Pimentel logró junto con sus hermanos salir adelante.
Hoy como abuelo y padre de familia, Carlos Pimentel, como le conocen en Huamantla, recuerda con añoranza sus inicios en la administración pública.
“Mi madre era costurera y mi padre, ferrocarrilero, lo digo con mucho orgullo, pues gracias a su ejemplo, mis hermanos y yo pudimos salir adelante”.
El ingeniero en sistemas computacionales, egresado de la Universidad Interamericana de Puebla, relata que, al terminar sus estudios trabajó desde joven, primero, en la Contraloría del Estado de Puebla, después, en una primera campaña política.
“Desafortunadamente, por mi trabajo, me he perdido de algunos momentos en la vida de mis hijos, pero hemos sabido construir una gran relación y ello nos convierte en una gran familia”.
¿Qué se requiere para estar en la administración pública?
Trabajo y compromiso, ambas son cualidades para poder servir a los demás.
¿Cómo pasó un ingeniero en sistemas a estar detrás de campañas y proyectos de gobierno?
Me preparé para eso, decidí estudiar una segunda carrera, Administración Pública, me dije: tengo que entender dónde estoy parado.
Treinta años al frente de proyectos políticos y de gobierno, le han permitido hoy le avalan al servicio de la gente, sin embargo, Huamantla se ha convertido en un reto personal.
Muchos me dicen ¿a qué volviste? primero, porque aquí están mis raíces y familia, segundo, porque Huamantla es un municipio importante y serio, un lugar atractivo que con un buen gobierno puede detonar su potencial.
¿Qué consideras le duele a los huamantlecos?
Siempre es difícil responder esta pregunta, pero no creo que sea algo exclusivo de Huamantla, en general al ciudadano le “duele” ser ignorado y no atendido en sus necesidades. Que se les pida el apoyo y nunca te vuelvan a ver, la inseguridad y la violencia son otros temas que aquejan.
¿Por qué piensa que eso pasa?
Desafortunadamente, la vida política y social de Huamantla se ha basado en los engaños, cada 3 años van los candidatos, entregan despensas y se van, se ha convertido en su vida cotidiana.
¿Se puede hacer algo para transformarlo?
Dicen que no hay lucha que la que no se hace, pienso que cada uno de nosotros, ciudadanos, estudiantes, jefes y jefas de familia podemos hacer algo desde nuestro entorno más próximo para devolverle a Huamantla lo que nos ha dado, con esa mentalidad claro que es posible.
Con información de: Tanya Reyes
