El pontífice, se encuentra en el décimo piso del hospital romano Gemelli, completamente reservado a los papas y llamado “El Vaticano 3” por las siete veces en que estuvo internado Juan Pablo II, fallecido en 2005.
Su inesperada hospitalización suscitó fuertes interrogantes sobre el real estado de salud del primer papa latinoamericano de la historia.
Después de asegurar de que se trataba de “controles programados”, el portavoz del Vaticano finalmente anunció, tras varias horas de silencio, que el papa padecía una infección respiratoria.
“En los últimos días se quejaba de dificultades respiratorias por lo que tuvo que someterse a controles médicos en la jornada”, explicó la víspera en una nota Bruni.
Los controles médicos “pusieron de manifiesto una infección respiratoria” y si bien ha sido excluido el Covid-19, “va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario“, precisó.
Según fuentes internas del hospital, es posible que el pontífice pueda presidir la misa el próximo 2 de abril del Domingo de Ramos en el Vaticano, “salvo imprevistos”. Con esa misa se abren las celebraciones por la Semana Santa, que se culmina con la Pascua, la fiesta más importante del cristianismo.
No se descarta una renuncia
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa ha hablado de la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
“Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de mi elección (en marzo del 2013)… Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio”, contó Francisco, aunque aclaró sucesivamente que aún no había pensado en renunciar a su cargo.
En julio del año pasado, confesó que ya no podía viajar con el mismo ritmo de antes y aseguró que podría “hacerse a un lado”.
Hace un mes volvió a hablar del tema para aclarar que la renuncia de un papa “no debería convertirse en una moda” y recalcó que esa idea “no estaba en su agenda por el momento”.
Los controles médicos “pusieron de manifiesto una infección respiratoria” y si bien ha sido excluido el Covid-19, “va a requerir varios días de un adecuado tratamiento médico hospitalario“, precisó.
Según fuentes internas del hospital, es posible que el pontífice pueda presidir la misa el próximo 2 de abril del Domingo de Ramos en el Vaticano, “salvo imprevistos”. Con esa misa se abren las celebraciones por la Semana Santa, que se culmina con la Pascua, la fiesta más importante del cristianismo.
No se descarta una renuncia
En varias entrevistas concedidas en los últimos meses, el papa ha hablado de la posibilidad de renunciar, tal como lo hizo en 2013 su predecesor, Benedicto XVI, fallecido a finales de 2022.
“Es verdad que escribí mi dimisión dos meses después de mi elección (en marzo del 2013)… Lo hice por si tengo algún problema de salud que me impida ejercer mi ministerio”, contó Francisco, aunque aclaró sucesivamente que aún no había pensado en renunciar a su cargo.
En julio del año pasado, confesó que ya no podía viajar con el mismo ritmo de antes y aseguró que podría “hacerse a un lado”.
Hace un mes volvió a hablar del tema para aclarar que la renuncia de un papa “no debería convertirse en una moda” y recalcó que esa idea “no estaba en su agenda por el momento”.
Con información de EL SOL DE PUEBLA