Luego de una tragedia más en Estados Unidos por un nuevo tiroteo -ahora en Chicago- las historias de las víctimas se empiezan a conocer. Uno de los casos que más ha conmocionado es el del niño de dos años que quedó huérfano, pues su padre dio su vida para protegerlo.
El niño se quedó solo
Entre los muertos de la matanza se encuentra una pareja, Irina de 35 años y Kevin McCarthy de 37 años, cuyo hijo, Aiden, se salvó gracias a unos habitantes que se lo llevaron a un lugar seguro.
“Fue sacado de debajo de su padre, que aún sangraba, por buenos samaritanos. Luego se pusieron a atender a su padre porque su pierna todavía sangraba. Luego, una pareja lo recogió y lo llevaron a un lugar seguro. Su padre murió en la escena”, dijo la senadora Tammy Duckworth en entrevista con CNN.
El pequeño fue llevado a una casa cercana y posteriormente sus abuelos fueron para quedarse bajo su custodia.
El presunto autor de la matanza durante las celebraciones del Día Nacional en Highland Park, localidad cercana a Chicago, fue acusado del asesinato en primer grado de siete personas y encara cadena perpetua de ser condenado, dijo un fiscal local.
Robert Crimo, de 21 años, fue detenido el lunes varias horas después de disparar aparentemente al azar contra la multitud que asistía al desfile del 4 de julio, el Día de la Independencia de Estados Unidos.
“Habrá más cargos” en su contra, declaró a periodistas el fiscal estatal del condado de Lake, Eric Rinehart, quien informó de siete cargos por asesinato en primer grado.
“Anticipamos docenas de cargos más enfocados en cada una de las víctimas”, agregó Rinehart, quien apuntó que, si es condenado, Crimo encara cadena perpetua obligatoria sin libertad condicional.
El sospechoso usó “rifle potente similar a un AR-15” para perpetrar el ataque que planificó “durante semanas”, según Christopher Covelli, oficial de la policía de Highland Park.
“Se vistió de mujer” para ocultar su identidad y es posible que se haya puesto una peluca de cabello largo para esconder los tatuajes de su rostro, precisó. Después abandonó el arma y se mezcló con la gente que huía despavorida.
El joven disparó más de 70 veces y causó siete muertos y al menos 35 heridos, según un saldo proporcionado este martes por la policía.
Cuando se produjo la matanza del 4 de julio, el país todavía se estaba recuperando de la conmoción provocada por otros tiroteos recientes, uno de ellos en un colegio de Uvalde, en Texas, que mató a 21 personas, incluidos 19 niños, el 24 de mayo.