Marisol Calva, especialista en políticas públicas y género, explica las diferencias entre iconoclasia y vandalismo.
La pinta de monumentos históricos suele hacerse en muchas marchas feministas. Este conjunto de acciones pueden considerarse iconoclasia que se refiere a la intervención de monumentos del patrimonio como medio de expresión ante una inconformidad. Esto suele confundirse con vandalismo.
Estas pintas en marchas feministas, no se hacen de forma aislada, son parte de una movilización en donde se exige parar con la violencia en contra de las mujeres y de las diferentes acciones que se hacen para oprimir al género femenino.
Marisol Calva, especialista en políticas públicas y género, explica las diferencias entre iconoclasia y vandalismo.
Señala que, la iconoclasia es “una forma de protesta que involucra la intervención de símbolos, imágenes, monumentos o paredes con el fin de atraer la atención a una demanda política o social”.
Mientras que, el vandalismo se caracteriza por ser una “alteración al patrimonio sin ningún objetivo más que el de destruirlo”.
De acuerdo con lo definido, la pinta, la intervención de inmuebles, la pega de propaganda y otras acciones más, no pueden considerarse actos de vandalismo porque estos se realizan durante las marchas, que tienen como propósito mostrar una inconformidad y exigir justicia por la violencia que se vive en contra de las mujeres o la falta de reconocimiento a sus derechos.
En el texto “Iconoclasia en el movimiento feminista”, se describe que en el movimiento feminista han habido diversas formas de manifestarse. Iniciando “por las protestas pacíficas, las marchas en silencio, la protesta con distintas formas de expresión artística como el baile, música y poesía”.
Sin embargo, el hartazgo colectivo por una mala o nula impartición de justicia, señala, el movimiento feminista ha comenzado a intervenir el patrimonio histórico con denuncias y exigencias que motivan sus marchas, lo que regresa a la iconoclasia.
“Los iconoclastas, en la actualidad, representan a personas que, inconformes de los modelos idóneos, estatutos o normas impuestas por la sociedad, atacan a las figuras autoritarias ya sean estas políticas, religiosas o sociales, a partir de lo material, considerado arte, obras, estructuras, monumentos, entre otros”, señala el texto.
Las marchas feministas suelen ocurrir en el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, nombrado así por el asesinato de las mujeres que fueron quemadas en la fábrica textil “Cotton” el 8 de marzo de 1857 tras exigir mejores condiciones de trabajo y la reducción de la jornada laboral.
A pesar de todas las marchas hechas en México, continúa la violencia contra las mujeres, pues de acuerdo con datos de ONU Mujeres cada día ocurren 11 feminicidios en el país.
Con información de Poblanerías