El modelo pretende remediar a largo plazo el Arroyo Seco y beneficiará a más de 50,000 personas en distritotec e Iniciativa Campana-Altamira.Fue diseñado por el Tecnológico de Monterrey, Fundación FEMSA, WWF México y SOSAC, con la intención de volverlo replicable. Es el primer proyecto colaborativo en México en recibir fondos del Programa de Desechos Marinos del Gobierno de Estados Unidos. El Arroyo Seco, ubicado al sur de Monterrey, es uno de los pocos cuerpos de agua naturales que subsisten en la zona metropolitana, y por años ha sufrido contaminación al ser utilizado como tiradero a cielo abierto. De acuerdo con estimaciones oficiales, cada día se tiran ilegalmente alrededor de 800 toneladas de residuos en ríos, arroyos y riachuelos de Nuevo León. Para lograr un esquema de gestión sostenible de ríos y arroyos urbanos que beneficie a las comunidades vecinas, se presentó el proyecto “Arroyo Vivo. Modelo de remediación y reciclaje inclusivo en distritotec e Iniciativa Campana-Altamira”, que se implementará en el Arroyo Seco. Este proyecto fue diseñado a través de la Alianza para la Acción Climática de Monterrey (ACA-MTY), con el liderazgo del Tecnológico de Monterrey, en alianza con WWF México, SOSAC (Sociedad Sostenible A.C.) y Fundación FEMSA. Arroyo Vivo es el primer proyecto colaborativo en México que recibe fondos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, otorgados a través del Programa de Desechos Marinos (Marine Debris Program) de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional (National Oceanic and Atmospheric Administration, NOAA). El proyecto también formalizó una alianza a fines de agosto con el Gobierno de Nuevo León, los gobiernos municipales de Monterrey, San Pedro Garza García y Guadalupe, así como con organizaciones civiles y empresas, para impulsar la limpieza y gestión sostenible del Arroyo Seco. La clave del modelo Arroyo Vivo es la inclusión, sobre todo de las comunidades vecinas que ya se están organizando para cuidar el patrimonio natural de su territorio y de las personas recolectoras de residuos y sus familias, que eventualmente tendrán mejores oportunidades a través del reciclaje. “Un arroyo vivo es donde el agua funciona como un agente de vida, no como un objeto. Un arroyo vivo es donde el agua fluye tranquila y hay plantas, animales, insectos y peces. Donde la influencia del ser humano debe ser para apreciarlo y disfrutarlo, sin dañar el biosistema”, compartió Missael García Rangel, vecino de La Campana. El modelo no solo contribuirá a limpiar el Arroyo Seco, sino que pretende generar una gestión sostenible a largo plazo de este cuerpo de agua, beneficiando a más de 50,000 personas de las comunidades ubicadas en distritotec e Iniciativa Campana-Altamira. Entre los principales beneficios de este proyecto están: la remediación y prevención de contaminación en ríos, arroyos y riachuelos urbanos; la clasificación y preservación de la biodiversidad de la zona; la recuperación de los servicios ambientales del ecosistema del arroyo y la prevención de desastres naturales. La etapa inicial del proyecto tendrá una duración de dos años, tiempo en el que se pretende consolidar el modelo para volverlo replicable en otros ecosistemas de México, además de contribuir a evolucionar de la idea de “basura” a un concepto de “valorización de los residuos”, donde se busca aprovechar y recuperar todo lo posible bajo un esquema de economía circular. Este proyecto forma parte del compromiso del Tecnológico de Monterrey con la acción climática, enmarcada en Plan de Sostenibilidad y Cambio Climático 2020 Ruta Azul. Con un espíritu colaborativo para generar impacto más trascendente, a través de Ruta Azul el Tec continúa reafirmando su compromiso con la conciencia sostenible y con ecosistemas urbanos que mejoren la calidad de vida de comunidades en todo el país. |