En México, hasta este 7 de abril, se han notificado un total de 859 casos probables de sarampión o rubéola, es decir, sospechosos y sujetos a análisis, de los cuales se han confirmado cuatro de sarampión; de estos, uno es importado y tres probablemente relacionados a importación, informó la Secretaría de Salud.
Sobre si esto debe causar preocupación, Alejandro Macías, infectólogo y excomisionado para atender la epidemia de influencia AH1N1 en México, dice que siempre puede originarse un brote de sarampión cuando las coberturas de vacunación son menores al 90% y en el país lo son.
De acuerdo con una solicitud de información realizada por la organización Cero Desabasto, la cobertura de la vacuna que incluye al sarampión, la Triple Viral (SRP) cayó, en 2023, a un porcentaje de 43.6%, para la segunda dosis, en niños de hasta 18 meses; mientras que la cobertura de la primera dosis, en menores de edad de 12 meses, fue de 66.8%.
Macías explica que el problema de los contagios de sarampión es una preocupación mundial, por los nuevos casos que se están dando, resultado de la falta de vacunación, que en algunos países está provocada por los movimientos antivacunas, fuertes en Europa y Estados Unidos, y en otros, por la falta de acceso a la inmunización, como pasó en México durante 2019, cuando hubo escasez del biológico.
Andrés Castañeda, especialista en sistemas de salud y coordinador de la organización Cero Desabasto, explica que como el sarampión es una enfermedad muy contagiosa, es lo primero que se presenta cuando las coberturas de vacunación no son las adecuadas.
“El sarampión es buen indicador de cómo están las coberturas en un país, es una primera alerta de que estamos con huecos en nuestro paraguas inmunológico como sociedad; toca entonces hacer acciones extraordinarias de vacunación porque las ordinarias no están siendo suficientes por los huecos que ya se dejaron en años pasados, como en 2019”, dice Castañeda.