Todo México conocerá, en breve, el nombre de quien será el candidato de Morena a la presidencia del país.
Y es que, a menos de un año de que ocurra el relevo presidencial pocos recuerdan una de las más populares propuestas del actual presidente, la de descentralizar muchas de las dependencias de gobierno con sede en CDMX.
Lo anterior, tenía un propósito, activar la economía de los Estados a donde llegarían.
Bajo esa misma idea, a Tlaxcala tocaría ser sede y albergar la Secretaría de Cultura, esa que dirige desde 2018 la abogada, Alejandra Fraustro Guerrero.
El caso es que, a cinco años de gobierno, lo de mudar la Secretaría de Cultura al Estado más pequeño del país resultó pura simulación.
¿O usted ha visto venir aquí a los Gobernadores de otros Estados a atender asuntos culturales?
La respuesta es no. Lo que es más, la propia Secretaria cuyo despacho de atención sigue en la Ciudad de México no reside en Tlaxcala, mucho menos, mudó como se prometió a 180 trabajadores.
Pero no crea que el edificio en Apetatitlán que alberga la famosa secretaría no cuesta, al contrario, la sede administrativa de la Secretaría de Cultura en Tlaxcala nos cuesta a los mexicanos una renta anual que rebasa el millón 280 mil pesos.
Más el gasto de 62 mil pesos mensuales por concepto de seguridad al edificio de 1,420 m2 sin empleados.
Otra cosa es la modesta oficina que Fraustro habilitó en el Instituto Tlaxcalteca de Cultura y donde en 2019 mudó a algunos empleados.
Muchas son las preguntas que debemos hacernos respecto de la invisible operación de la SC en Tlaxcala.
Sus excesivos gastos en inmuebles que no son utilizados por la totalidad de 180 empleados de la dependencia ubicada en Paseo de la Reforma.
Y es que, aunque pareciera que es solo dinero, se trata de recursos federales que bien se pudieron aplicar a proyectos e infraestructuras culturales, digan lo que digan.
Hasta la próxima…
@Naye_Romero89